martes, 5 de abril de 2016

Toledo en El Quijote III - Las Tendillas

Tendillas
Calle de las Tendillas
En Toledo, casi todos, subimos o bajamos la calle de las Tendillas, una estrecha pero importante vía en la ciudad. El nombre de <<Tendillas>> se debe al gran número de pequeñas tiendas que hubo en la Edad Media y también en la Edad Moderna. Fue, por tanto, un espacio comercial, del que hoy, casi solo queda el recuerdo.

Casi al inicio de El Quijote, en el capítulo segundo de la primera parte, nos encontramos con el ardiente e irónico humor cervantino.

En las “tendillas de Sancho Bienaya”, que así debieron llamarse en la época de nuestro genio, vivía el padre de la moza, conocida como “la Tolosa”.  Esta joven tiene el honor de ceñir la espada de Caballero a nuestro Don Quijote en su primera estancia en la venta. Don Quijote, en su cuerda locura o locura cuerda, confunde a “la Tolosa” y a su compañera, “la Molinera”, con dos bellas doncellas o importantes damas que estaban en el supuesto castillo.

Cervantes, nos dice quiénes eran estas dos mujeres: “Estaban acaso a la puerta dos mujeres mozas, destas que llaman del partido, las cuales iban a Sevilla con unos arrieros que en la venta aquella noche acertaron a hacer jornada”. Estas dos rameras, como dice Cervantes unas líneas después, se presentan a Don Quijote. “La Tolosa” se presenta como “hija de un remendón natural de Toledo, que vivía a las Tendillas de Sancho Bienaya”. Tan importantes damas creerá que son nuestro caballero que incluso las dedica unos versos del romance de Lanzarote.

Otra vez vemos como Miguel de Cervantes era un gran conocedor de la ciudad de Toledo y de sus ambientes.

David J. Calvo