Hoy sólo quiero daros las gracias a
todo los que estuvisteis en la conferencia, a los que me acompañasteis en el
viaje por la obra de un genio de la pintura. Más mérito, por ello el
agradecimiento es doble, a los que os quedasteis de pie y aguantasteis, incluso
a algunos que vieron tanta gente en la puerta de la sala que se fueron a tomar
un vino; no me olvido de los que llegaron tarde y nos les dejaron pasar porque
el aforo estaba sobrepasado. Simplemente, miles de gracias.
Aunque no creo en la suerte sino en el
quehacer diario, sí existe, la de mi vida son las personas que tengo a mi lado, especialmente Elena, también todos los que me estimáis y apoyáis
casi en cada cosa que realizó.
Ese apoyo, esa cercanía que me hicisteis
sentir, fue lo que más me emocionó el pasado viernes y cuando uno, tiene esa “suerte”,
tiene decenas de tesoros.
Gracias por ser las piedras preciosas
que uno se encuentra en el camino de la vida.
Besos y abrazos,
David J. Calvo Rodríguez