Nieve en Toledo
Plaza de Zocodover |
a
reír con los niños,
haciendo
guiños a los adultos
para
que dejen sus roídas capas de inviernos.
Silenciosa
y mansa en la noche,
silvestre
en los largos despertares,
acaramelada
en los fríos atardeceres,
tibia
desde la ventana.
Muñecos
de nieve con zanahoria,
trineos
y gritos de los chicos;
de
los abuelos nostalgia,
saben
demasiado de lo fugaz y momentáneo.
Esquí
por las calles empedradas,
ojos
de chavales que no se cansan de mirar,
palabras
de asombro y besos,
besos
bajo el blanco manto.
Los
adolescentes y los jóvenes
regresan
con ilusión al tiempo de la felicidad,
ahora
que empiezan sus problemas
quieren
volver al reino
que
ya, definitivamente, dejaron atrás.
Con
tu blanco velo
estás
igual de guapa,
más
aún, que con el picardías
en
las noches de primavera.
Con
tu vestido albo
sigues
tan bella
como
cuando te desnudas
en
las noches de verano.
Con
tu capa nívea
estás
tan elegante
como
en los lentos otoños
en
los que jamás has muerto.
Toledo:
eterna, tolerante, casquivana,
lúgubre,
distinguida, señorial.
Toledo: judía, cristiana, musulmana,
inmortal
bajo una nevada de tres días.
David Calvo