¿Mayoría silenciosa o pequeños peces?

A veces estas en casa leyendo un buen libro, hablando con tu pareja o, simplemente, viendo ganar al Atlético de Madrid y, de un segundo a otro pasas, sin saberlo, a ser mayoría silenciosa. Pues bien, yo no quiero pertenecer a ese grupo, sáquenme de esa lista, por favor.

Prefiero ser un pequeño pez, aunque no sea de colores, en un gran océano de dudas, de misterios insondables, de peligros que acechan por casi todos los lados, de perplejidades en la noche y de fantasías en la mañana. Quiero seguir pensando por mi cuenta, no necesito ni a unos ni a otros para pensar, soy librepensador y lo quiero seguir siendo. No quiero que nadie me diga que tengo qué pensar, prefiero vivir con dudas que con certidumbres. Tengo claro de dónde vengo y no sé hacía dónde voy, lo puedo intuir, pero nada más.

No admiro a las personas que saben todo y que todo lo tienen claro. No creo en las personas que saben dónde está el bien y dónde está el mal. Sólo sé que hay que vivir con valores como el amor, la ternura, la sinceridad, la amistad, la pasión, el entusiasmo,… Sé que me voy a equivocar mil veces al día y sé que no hay que juzgar a nadie por sus errores. Odia el delito y compadece al delincuente.

Pequeño pez que opina lo que quiere, cuando le place, donde se le antoja, a quien quiera escuchar. Nunca mayoría silenciosa.

David J. Calvo Rodríguez