El carácter chino para expresar el
concepto <<crisis>> se compone de dos subcaracteres: uno significa
<<peligro>> y otro <<oportunidad>>. Los chinos de
antaño ya sabían que toda circunstancia amarga tiene un lado positivo, eso sí,
siempre que uno tenga el valor de buscarlo.
Tal vez deberíamos convertir cada
acontecimiento de nuestra vida en positivo, para de esta forma ir desterrando
las preocupaciones. ¿Por qué nos cuesta tanto abrir la mente para aprender de
las experiencias y ser más felices?
Cada día más, estoy convencido de que
el mejor camino es buscar la felicidad, la nuestra y la de todos aquellos que
nos rodean.
Muchas veces pienso sobre mis hijos.
Antes pensaba que en un gran futuro para ellos, ahora pienso en algo mucho mejor: que
sean FELICES.
Dejar de perseguir el dinero que no vale nada, olvidarnos del estrés de los
días grises, los nervios que nos provoca el maldito reloj. Últimamente, creo
que vale mucho más la pena hacer esas pequeñas cosas que nos aportan millones
de sensaciones felices, es decir, subir al Puerto del Pico, perdernos por las
calles de Segovia después de caminar por la nieve, correr con Daniel la San
Silvestre, poder ir a ver sus partidos de fútbol, pasear por las calles de
Toledo, visitar museos y conocer un poco más lo que tenemos más cerca; todo riendo cada día un poco más. Quedan
otras muchas pequeñas cosas por hacer, pero espero que vayamos realizándolas.
Quizá sea la edad, quizá el corazón,
pero igual la crisis nos está enseñando otra forma mucho mejor de vivir.
David J. Calvo Rodríguez