viernes, 12 de julio de 2019

Una noche de verano


Una noche de verano

Me desperté con el claxon de la maquina que limpiaba la arena
y con una gaviota casi en mi costado,
una botella vacía me recordaba vagamente la madrugada;
los besos que no existieron sabían a whisky barato,
el sonido arrítmico del mar mezclado con el alcohol
habían conseguido dormirme después de meses de vigilia,
ahora la luz dañaba con violencia mis ojos,
¿dónde estarían las putas gafas?

Me levante y saludé al tío que pitaba
con la peor de mis sonrisas;
amanecía en un mediterráneo cálido,
repleto de cadáveres olvidados
y sueños a borbotones que no deberían romperse;
llegaron dos hombre con sombrillas,
hay gente que sirve para joder las vistas;
ya ni el recuerdo se acordaba que fue el mar del amor
de veranos que ahora son de otros.

Era evidente que necesitaba un café y una ducha
para aclarar las ideas
y digerir la resaca con cierta dignidad,
si es que todavía me quedaba algo.

David Calvo