lunes, 3 de mayo de 2021

3 de mayo

Los fusilamientos del 3 de mayo. Francisco de Goya
Hace 213 años, el 3 de mayo de 1808, Madrid se levantaba con el sonido amargo y metálico de disparos en diferentes puntos de la ciudad. Se estaba fusilando a los que el día anterior habían luchado contra las tropas francesas que invadían España. No eran nobles, ni era la alta burguesía, ni el clero, ni, en general, la llamada gente de orden; eran los de siempre, los que han llenado la historia con sangre y dignidad. Esa sangre y dignidad que se ha ocultado en nuestra historia con nombres de reyes y batallas.

Gente humilde luchando con palos y navajas contra el mejor ejército de Europa del momento. Solo dos capitanes, Daoiz y Velarde y un teniente, Ruiz, con una veintena de soldados y muchos voluntarios combatieron hasta la extenuación y la muerte. El capitán general, Francisco Javier Negrete, dio orden acuartelar las tropas y que no interviniesen bajo ningún concepto. Solo un puñado de solados mantuvo vivo el honor de un ejército escondido y acobardado.

Lucharon y murieron; hoy en día se habla de ellos y del pueblo de Madrid, así se omite el deshonor del ejército, de la nobleza, de la iglesia, de esa gente de orden, también del Borbón de turno, nuestro desastroso Fernando VII.

Fueron ejemplo para que muchos otros luchasen con el mismo honor, con la misma valentía, con la misma dignidad, contra los invasores en nuestra Guerra de la Independencia. Su valentía corrió como la pólvora por todos los rincones de aquella España ignorante y atrasada, pero tan digna como siempre. Aquellos soldados, aquel pueblo de Madrid, se dejaron la vida porque hay días que es preferible morir con decencia.

Hoy son manoseados por los patriotas de boquilla, por los que se quedarían en sus casas, como hicieron casi todos, aquel 2 de mayo de 1808. La carne de cañón siempre ha sido el pueblo, solo dos ejemplos: los solados de los tercios que murieron defendiendo un Imperio en los campos de batalla de Europa; los reclutas enviados a una guerra en el norte de África el pasado siglo. La misma sangre derramada en campos diferentes.

“El sueño de la razón produce monstruos” había escrito Goya en un aguafuerte de 1799. Hoy en día los monstruos manipulan y la razón se evapora con buenas dosis de ignorancia.

David Calvo

1 comentario:

  1. Impresionante reflexión historica sobre los hechos del 2 y 3 de mayo de 1808. Un realidad que está ahí y que no hemos de olvidar. La llamada gente de bien, no ha sido ni será nunca de bien, son aprovechados egoístas que le ha movido y les mueve la ambición desmesurada.

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