Amanece en el espejo retrovisor
de un coche cansado
que se mueve con la inercia
de los
años y la experiencia.
El sol naranja y potente
ataca los ojos fatigados del
conductor,
que no se cansa de observar
el efímero espectáculo,
mientras al frente
la luna llena acaricia y besa
el
pico Almanzor.
La carretera sigue delante,
como las dudas.
Las certezas van quedando
en los
miles de kilómetros realizados.
David Calvo
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