Otra triste y sucia guerra,
las mismas caras de miedo,
de exilio, de tristeza.
Otra guerra,
con bombas del siglo veintiuno,
con niños y ancianos
que pudieran ser nuestros hijos,
nuestros padres.
Otra guerra,
con lágrimas, con escombros,
con futuros partidos,
con cadáveres en las calles,
con edificios heridos de muerte,
con mujeres arrastrando equipajes
intentando, como siempre,
sembrar cordura y razones.
Otra guerra,
amarga, fría, soñolienta.
Secuelas salvajes esperan escondidas
en la incógnita del porvenir.
En las guerras eternamente
perdemos los mismos
y ganan los de siempre.
Paz, quiero paz,
eterna paz,
sencilla y cotidiana paz,
caliente y confortable paz,
tierna y dulce paz.
¡PAZ!
David Calvo
Queremos paz, aunque hay zoquetes, por no llamarles algo peor, que ven justos sus motivos. No hay razón en el momento en que se arrebatan vidas en nombre de una causa que no existe.
ResponderEliminarNo hay razón para la barbarie.
ResponderEliminarSin palabras
ResponderEliminarCon pocas palabras describes muy bien esta guerra, otra guerra, otra sucia y triste guerra como bien dices. La esperanza es lo último que se pierde así que esperemos que llegue la paz lo antes posible. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarOtra insensatez del ser humano. David cuanta razón en tus versos.
ResponderEliminarLa guerra de pocos, afectan a muchos. La tristeza de sus consecuencias las llora todo el mundo. La paz es el única esperanza y consuelo.
ResponderEliminarLamentable que la ambición de poder de unos pocos, nos lleven a esta situación de dolor e incertidumbre ya que las guerras solo traen destrucción, desolación, deshumanización y muerte. Paz y esperanza. Gracias por tus palabras David
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