jueves, 25 de septiembre de 2014

Vista de Toledo

Vista de Toledo, 1595-1600, El Greco. Óleo sobre lienzo, 121,3 x 108,6 cm. The Metropolitan Museum Of Art, Nueva York.

Jorge Manuel vendió esta obra a amigos de su padre en 1621. Procede de la colección de Pedro Laso de la Vega, conde de Arcos.

Representa un impresionante paisaje con una luz irreal y tétrica. Bajo efectos de relámpagos blancos y reflejos azules, El Greco escoge la silueta más habitual en sus composiciones, la que describe la ladera desde el Alcázar hasta el puente de Alcántara y la subida al castillo de San Servando. La realidad topográfica está distorsionada en aras de una mayor expresividad. Por ejemplo, la torre de la catedral está cambiada de lugar; aparece a la izquierda cuando en realidad está a la derecha. Otros elementos parece que también son fruto de la invención del autor. El resultado, pese a los cambios, es bello y sugerente.

El Greco ya se había enfrentado al paisaje, como hemos visto en su etapa italiana, con la Vista del Monte Sinaí. El amor al paisaje es, sin duda, un rasgo de su formación veneciana. En muchas composiciones religiosas, San José con el Niño, la Inmaculada de la capilla Oballe o la Inmaculada con San Juan, El Greco incluye el mismo perfil de Toledo que ahora desarrolla de forma independiente.


El Greco hace sentir el paisaje a través de cada toque de color.

David J. Calvo Rodríguez

3 comentarios:

  1. Luz irreal, orografía reinventada, torre cambiada de lugar... entonces ¿era el Greco un manipulador de la realidad?¿una especie de protophotoshop del siglo XVI? o simplemente era miope y nadie, ni siquiera él, lo sabía. Si era lo primero hoy estaría muy mal visto, pero le iría muy bien. Sería de los que prefiere complacer con la mentira a molestar con la verdad.
    Saludos,

    Diógenes de Sinope

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  2. Siempre he tenido curiosidad el porque el Greco cambio de sitio la torre dela catedral llevándola a ocupar el sitio del Alcázar y éste a ocupar el sitio de la Catedral, la composición es todo exacto menos estos dos monumentos. Siempre he sido un enamorado del Greco y de echo este cuadro le tengo pintado en casa desde el año 1984 salio de la paleta y las manos de un buen amigo que en paz descanse y que me le pinto con un poco de reparo porque me decía que el famoso era el Greco y en el que el me pintara veríamos fallos aunque fuese mas completo. Cuando me lo entrego me quede alucinado de la gran copia que consiguió y en el mejor lugar de mi salón esta colgado. Felicidades David por este blog y por este dia a dia de articulos tan interesantes. Un abrazo

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    1. Yo creo Eduardo que cambio los monumentos de lugar simplemente porque le gustaba, porque le quedaría mejor la composición. Pero en el fondo nunca llegaremos a saberlo. Los genios tienen esa magia que tanto nos atrae. Gracias por seguir el blog.

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