Pocas personas creen que salvaguardar,
proteger y defender el patrimonio cultural es una de las grandes inversiones
que puede realizar un país. El patrimonio cultural puede ofrecernos bonanza
económica durante décadas, además de hacer más bello nuestro entorno y proporcionarnos
felicidad.
España tiene un patrimonio cultural extraordinario
que, por supuesto, tiene la inexcusable obligación de cuidar y mantener, pero
no sólo para las generaciones futuras, como siempre se dice, sino para las
presentes.
El patrimonio cultural se tiene que
explotar sin avidez, sin avaricia, sin mezquindad. Simplemente, con el buen
hacer, con sostenibilidad en el tiempo, con la paciencia de hacer un buen vino,
con la sabiduría que ofrece mimar algo que se quiere, con el conocimiento de
todo lo que poseemos. En otras cosas, lo primero que mejoraría serían nuestros
pueblos y ciudades. Eso sí, siempre compatibilizándolo con la vida de cada
lugar; no valen ciudades museos en las que al caer la noche sólo aparecen los
fantasmas del día.
A lado del patrimonio pueden existir
buenos restaurantes, acogedores hoteles, dulces cafeterías y otros negocios de
la más diversa índole. Por supuesto, la buena gestión de nuestro patrimonio
crearía miles de puestos de trabajo, muchos de ellos cualificados.
El patrimonio cultural mejoría el turismo.
Es verdad que tenemos un turismo cultural importante, pero seguimos destacando
por el de sol y playa (por no decir, fiestas a bajo precio). Sin embargo, en
muchos países, España es un referente de cultura en todos sus aspectos,
trabajemos en esa línea y no dejemos pasar las oportunidades que nuestra
historia, nuestra cultura y nuestro idioma se merecen y nos ofrecen.
David J. Calvo Rodríguez
Es verdad: España es un referente cultural de primer orden, sólo basta ver su parrilla televisiva para darse cuenta.
ResponderEliminarEl país que tenemos y el que entre todos vamos dando forma.
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